Una gran cantidad de tropas de la Guardia Imperial había llegado en sus naves de transporte, dispuestas a enfrentarse a las fuerzas de la mente enjambre. El despliegue realizado por los humanos dejaba pocas dudas acerca del resultado final de la batalla. Muchas criaturas a su mando estaban ansiosas por entrar en batalla contra esa débil raza. Sin embargo, pese a saber que si sus tropas entraban en acción, el curso de la batalla probablemente daría un vuelco, el tirano era consciente de que el plan de la mente enjambre iba mucho más allá de esta insignificante batalla y así se lo hizo saber a sus subordinados. Éstos calmaron momentáneamente sus ansias de combatir, sabiendo que muy pronto podrían alimentarse.
En cuanto el último tanque enemigo se perdió de vista, las fuerzas tiránidas escondidas avanzaron hacia las naves de transporte pobremente guardadas. Los pocos guardianes que percibieron la infiltración fueron rápidamente silenciados y su biomasa incorporada a las reservas de la flota, de manera que no quedó rastro de ellos. Las tropas tiránidas se fueron distribuyendo entre las distintas naves, esperando a que sus hermanos de enjambre fueran masacrados y los humanos confiados volvieran a su cuartel general, en el continente sur.
Tal y como la mente enjambre esperaba, a las pocas horas la columna imperial regresaba triunfante y eufórica, y con ganas de volver a sus cuarteles a narrar sus hazañas en el combate recién librado. Poco sospechaban estas triunfantes tropas que la verdadera batalla por sus vidas estaba a punto de comenzar...
Más bichos para exterminar!!!
ResponderEliminarNo te preocupes, Luis, que si las cosas salen como pienso, ¡¡os vais a "jartar"!! ;-PPPP
EliminarUn saludote,
el bichioso.
Cacho cabr... seguro que estás deseando lanzar una nueva infestación, para meter tus zarpas en territorios que te son prohibidos!
ResponderEliminar¿¿Y pa que te crees que te atraje hasta las inmediaciones de Abula?? ¡¡¡Para que a partir del próximo turno tengáis más problemas de bichos!!!
EliminarUn saludote,
el bichioso.
Cuanta quitina desperdiciada...
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