Del Comandante de Pelotón Barrichel, al mando del 1er Escuadrón de Infantería del 3er cuerpo de asalto del 41º de Cadia, al Comandante Argantonius encargado de la defensa de Ispaal-I5:
Mi Señor, debo informar que el Oficial Laertes se encuentra en estos momentos recuperándose de las graves heridas sufridas durante la reconquista de nuestras instalaciones militares.
Lo que parecía que podría ser una batalla cómoda, tornó en desesperada lucha palmo a palmo, capturando objetivos que hubieron de ser arrebatados al enemigo tras duras peleas. Los herejes contaron con la presencia de seres de la disformidad que amenazaron el desarrollo de la operación. Cuando todo parecía controlado, volvió a aparecer la maldita raza verde. Sigue siendo un misterio desde dónde pueden llegar ni en qué momento, pero su llegada estuvo a punto de cambiar el curso de la batalla. Sus destartalados vehículos atravesaron a campo descubierto a pesar del intenso fuego de supresión, mientras parecían avanzar incluso sin control hasta nuestras posiciones, para a continuación liberar una auténtica horda de salvajes enfermos de sangre, cuyo asalto rabioso los condujo hasta nuestras posiciones defensivas. El propio Oficial Laertes tuvo que vérselas con una criatura especialmente corpulenta, armada con una garra metálica, que sólo pudo ser abatida con disparos de cañón láser.
Tras una primera comprobación, el bastión sigue en perfecto estado y en funcionamiento, por lo que el Escuadrón se encuentra preparado y a la espera de nuevas órdenes.
El Emperador, amado por todos, proteja a aquellos que le sirven
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