Objetivo conseguido

El tiránido Prime observaba con atención los restos de las fuerzas que quedaban bajo su mando.
Había sido una dura batalla la que habían librado contra esa extraña raza de piel verde y habían estado a punto de ser aniquilados, pero al final había conseguido salvar una parte importante de sus tropas y, lo que era más importante, había obtenido la reliquia ancestral que era el motivo de su expedición.
Ahora ya sólo faltaba retornar a la seguridad de los dominios ya establecidos de la mente enjambre, pero sabía que no iba a ser tarea fácil. Los malditos adoradores de los falsos dioses del Caos, que no eran más que otras criaturas de la disformidad, todavía no habían hecho acto de presencia, pero el tiránido no dudaba de que rondaban cerca, ya que las emanaciones psíquicas del artefacto recuperado se podían percibir desde grandes distancias.
Además, no había que descartar que los humanos de armadura amarilla a los que habían conseguido causar grandes daños al inicio de la expedición no se hubieran reforzado y volvieran a causar molestias a los restos de la expedición.
Sabía que la fuerzas que le quedaban eran suficientes para afrontar esas dificultades, pero no podía bajar la guardia y debía seguir atento. La reliquia estaba en su poder, pero hasta que no llegara al nido, no habría completado su tarea...